Es casi una costumbre argentina. Las fábricas, aún con los declives de producción del caso, sacan a la calle centenares de miles de automóviles, camiones, motocicletas, camionetas de reparto. Eso sí: no hay calle ni avenida que alcance. La cuestión es producir, pero sin pensar en la infraestructura. Es decir, en lo esencial . Por ejemplo: tenemos las mismas rutas de hace 80 años y 90 años ( las hicieron los conservadores, sin tomar partido) , muchísimas mal cuidadas, con reparaciones temporarias, descuidadas, pero los camiones se han ensanchado y agrandado y son más pesados.
Hubo décadas de descuido o de ignorancia en la ciudad de Buenos Aires y en las grandes capitales. Ahora todo se hace ya, sin respiro : bicisendas, contenedores de basura, autos mal estacionados o en doble fila, calles con barreras del ferrocarril como hace un siglo . Circular suele enloquecer.
¿Son éstas las ciudades que queremos? Si no son las deseadas, algo hay que hacer. Para eso están los especialistas, los expertos en vida urbana, hay planes elaborados a lo largo de distintas gestiones guardados en cajones y olvidados. Pregunta: ¿si todo es para impedir el desplazamiento de los rodados por la ciudad porque se permite la existencia de nuevas unidades en las calles? ¿Qué hacer con los autos si no hay garages y muchas estaciones de servicio porque se vendieron como lotes vacíos para construir departamentos? El mismo fenómeno se puede dar con la actual euforia de autorizar líneas aéreas de bajo costo que cubran distintos destinos sin pasar por Buenos Aires. La intención es loable. Volar es caro. Para tomar colectivos de larga distancia hay que enfrentar tarifas elevadas. Nada mejor, entonces, que llegar rápido a destino con menos impacto en la billetera.
La propuesta se cumple al pié de la letra en el hemisferio norte, especialmente en Europa y en Estados Unidos y los resultados son óptimos. Pero la nueva alternativa se parece a la fabricación de autos con rutas en mal estado o calles taponadas con los nuevos dispositivos dispuestos por el Gobierno de la Ciudad. Porque, ¿ hay realmente aeropuertos en excelentes condiciones, con pistas de aterrizaje y despegue autorizadas, con radares de última generación y con dispositivos de avanzada para manejar el tráfico aéreo?¿El Gobierno no estará acelerando los pasos antes de analizar la circulación y que todo marche con precisión, instalación por instalación?¿Se han hecho todos los arreglos para recibir mayor afluencia y salida de pasajeros ? ¿Carga y descarga de valijas y objetos varios?
Siempre se han escuchado quejas sobre la ausencia de elementos para controlar como se debe los caminos del aire, con todas las variaciones caprichosas del clima y de los vientos en la Argentina. Volar necesita instrumentales muy sensibles y vigilar desde tierra requiere experiencia y dispositivos adecuados, muy modernos con todas los autorizaciones correspondientes para que no se produzcan problemas. ¿Se pensó en todos estos requisitos antes de autorizar más líneas en los aires?